El Flamenco, como es arriba es abajo.
Insisto en que el flamenco es la vida y no lo hago de una forma romántica, sino por esto de que como es arriba es abajo, según uno de los siete principios espirituales del Kybalion. Enunciando que, por correspondencia como es en el macrocosmos lo es en el microcosmos, por ende, como es la vida es el flamenco.
Si nos vamos un poco más cerca y hablamos de la vida propia, así como es nuestra vida, es la vida misma con sus ciclos y polaridades. Con temperaturas máximas y mínimas de frío calor y el rango entre ellas. La vida tiene procesos de causas y efectos como el dolor del nacimiento, donde nada más nacer sufrimos y gozamos, estando obligados a cambiar de estado sin apenas ser conscientes de esto. Pero hay una fuerza, una energía más grande que todo que nos impulsa a vivir, porque si no lo hacemos, morimos. Es esta contradicción natural de la vida, donde para vivir tenemos que doler, o para vivir tenemos que no morir y a partir de allí, lo que la vida nos depare: una familia particular, con una historia propia y un camino a seguir.
Siempre y en todos los matices de estos caminos individuales, desde la vida más desdichada hasta la vida más agraciada, hay momentos de dolor y de dicha intensos. Entre esta subida y bajada basamos nuestra historia.
Me pregunto para qué insistimos en hacer del flamenco una especie de vida ideal en el paraíso, haciendo de él una vida perfecta que no existe.
Desde los orígenes bíblicos, por ejemplo, fuimos expulsados del paraíso por pecadores, sin embargo, buscamos la impecabilidad en un intento de regresar al edén, como se si tratase de Flamenco sin pecado concebido. Mirando en los orígenes biológicos, hemos sido una suerte de transformación, comenzando por una semilla unicelular sensible y sintiente, sin razonamiento. Ese es nuestro origen. Hasta llegar a ser un núcleo multicelular lleno de redes eléctricas y pensantes, pero, al servicio de este origen, no olvidando esta sensación física como si ella no valiera.
El origen del flamenco viene del sentir, y el orden mental hizo que se expresara de esta manera tan maravillosa para los que amamos el flamenco, pero el origen es el sentir en la piel. Sensaciones de frío, de hambre y de calor, de estremecerse de miedo y de fuerza hasta el agotamiento. Hasta la felicidad de una madre al ver en los ojos de un niño recién nacido es una contradicción, porque el niño está sufriendo de dolor en ese primer llanto de gloria, en el que venció a la muerte. Alegría y sufrimiento son parte de lo mismo.
Me pregunto, para qué insistimos en olvidarnos de este origen. ¿Será para olvidar aquello que tanto nos duele? Para qué insistimos en hacer una vida impecable que no existe. En el flamenco no es verdad, puesto que como es arriba es abajo y porque como es en el flamenco es en tu vida y no es posible crear una vida ideal, porque tu vida es tu vida con todo lo que tiene, con origen con tu historia, con tu camino y tu fin.
La India
Flamenca-Terapeuta corporal- Escritora